sábado, 8 de diciembre de 2007

Impresiones


Tus pisadas se encuentran en la húmeda arena de mi vida.
Esperando el momento en que vuelva a tus brazos,
siguiendo a cada momento mi fe cansada y oprimida,
permaneces callado a la sombra de mi alma y eternos fracasos.

Son profundas las huellas que has dejado en tu caminar,
pescador de hombres que llevas en tu espalda la carga de sus pecados.
Tu amor y misericordia me acompañan en el crepuscular,
esperando el pronto encuentro de tus majestuosos pasos.

¡Cuán hermosos son sobre los montes, los pies del que trae nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!

Isaías 52:7


José M. García Velázquez © 2007

2 comentarios:

Mar dijo...

:) Acá o allá, sigues genial con tus versos. Saludos JM !!

Elizabeth dijo...

Cuán unidos nos sentimos los peregrinos del camino. Un saludo recibe y un abrazo, desde este pirineo que habito...