domingo, 2 de marzo de 2008

La agonía del silencio



Se muere el silencio, se muere,

atrapado entre ropajes de tristeza,

arropado entre seda e hilos de nostalgia,

cautivo de tu maquinación.


Extinguiéndose malamente la celada,

separado de la verdad que pretende,

sujeto a tu suelo corpóreo,

confundido en cruces de ficción.


Padeció el maltiempo de tu rechazo,

desconociendo brebajes curativos del espíritu,

pervertiste con tu ponzoña de enigma,

sus túnicas de ilusión y espera.


Se muere el silencio, se muere

por no contar con la cura,

ignoraste las porciones de amor,

porque de amar apenas sabías.



José M. García Velázquez ©2008

0 comentarios: