Soy como gotas de lluvia,
vertidas por el tiempo y anidadas,
entre retazos de delirios perdidos.
Soy aquel y no el que era antes.
Soy despojo de una vida abrumada,
por una ilusión sellada por el desengaño,
que no pudo retozar al juego del engaño,
y obligarse entre mentiras ilusorias.
Soy presa del infortunio que
reprimió al amor verdadero,
y quebrantó cada vestigio de este cielo,
que cubrió de añil mi corazón lastimado.
Soy el ayer de una pasión desenfrenada,
que enmudeció cada latido por ella.
Soy llanto de una pena enclaustrada
en fibras de escarchado desconsuelo.
Soy dolor apilado por heridas
causadas por mi desvelo,
de noches iluminadas de penumbras.
Soy el eco silencioso
del lamento desolado por su ausencia
Soy sangre que emerge sin cesar
sofocando la vida hasta el fin.
Soy la melodía más triste escuchada,
de cánticos enmudecidos por la tortura,
de ser callado por su infinito encono.
José M. García Velázquez © 2008
vertidas por el tiempo y anidadas,
entre retazos de delirios perdidos.
Soy aquel y no el que era antes.
Soy despojo de una vida abrumada,
por una ilusión sellada por el desengaño,
que no pudo retozar al juego del engaño,
y obligarse entre mentiras ilusorias.
Soy presa del infortunio que
reprimió al amor verdadero,
y quebrantó cada vestigio de este cielo,
que cubrió de añil mi corazón lastimado.
Soy el ayer de una pasión desenfrenada,
que enmudeció cada latido por ella.
Soy llanto de una pena enclaustrada
en fibras de escarchado desconsuelo.
Soy dolor apilado por heridas
causadas por mi desvelo,
de noches iluminadas de penumbras.
Soy el eco silencioso
del lamento desolado por su ausencia
Soy sangre que emerge sin cesar
sofocando la vida hasta el fin.
Soy la melodía más triste escuchada,
de cánticos enmudecidos por la tortura,
de ser callado por su infinito encono.
José M. García Velázquez © 2008