sábado, 26 de julio de 2008

Soy...


Soy como gotas de lluvia,
vertidas por el tiempo y anidadas,
entre retazos de delirios perdidos.

Soy aquel y no el que era antes.

Soy despojo de una vida abrumada,
por una ilusión sellada por el desengaño,
que no pudo retozar al juego del engaño,
y obligarse entre mentiras ilusorias.

Soy presa del infortunio que
reprimió al amor verdadero,
y quebrantó cada vestigio de este cielo,
que cubrió de añil mi corazón lastimado.

Soy el ayer de una pasión desenfrenada,
que enmudeció cada latido por ella.

Soy llanto de una pena enclaustrada
en fibras de escarchado desconsuelo.

Soy dolor apilado por heridas
causadas por mi desvelo,
de noches iluminadas de penumbras.

Soy el eco silencioso
del lamento desolado por su ausencia

Soy sangre que emerge sin cesar
sofocando la vida hasta el fin.

Soy la melodía más triste escuchada,
de cánticos enmudecidos por la tortura,
de ser callado por su infinito encono.

José M. García Velázquez © 2008

jueves, 10 de julio de 2008

Quien puede...

¿Quien puede aliviar este corazón maltrecho,
sangrando caudales de tristeza
enajenado por suspiros de amores,
ahogado en arroyos de melancolía?

¿Quien puede con el peso de esta pena,
que retoza diabólicamente en las entrañas,
entonando coplas quejumbrosas,
adosando este ser que no respira?

¿Quien disfruta viendo como lejana,
el alma se extingue evaporada,
lejos de su amada travesía,
y cimientes quebrantados por el tiempo?

¿Quien es culpable de esta suerte,
que ha sabido destrozar con propósito,
la pasión profesada vívamente,
disipada eternamente por ausencia de amor?

José M. García Velázquez © 2008