domingo, 5 de julio de 2009

Disipado en olvido...



Me desvelas por torturarme en la nostalgia,
intrincado y atormentado en la interminable bruma.
No imagino el respiro de esta voluntad adornada de risas
infinitas, sonoras, melodiosas y contagiosas

No abrigo el deseo, la esperada quietud en la fuidez de mi vida,
no resisto el empuje tormentoso de este abatido cuerpo,
que apenas se nutre en este lapso de existencia
y emplazado por el suelo en que reclina.

Me contemplo perdido en la visión espectral de un futuro,
que promete nada, sin esperanza para mi sueño,
de aislarse en esta entidad viciada de pensamientos
sin sentidos, ni conciencia de paz y consuelo.

Me estremezco, reconozco el tiempo consumido,
se agota la vida como la anhelo, no con la agria expectativa de esperar,
recibir nada y en nada acabar mis dias; sin descargar impresiones,
disiparme en olvido, cansado, triste y perturbado.

José M. García Velázquez © 2009